Capítulo 10

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Capítulo 10.

—¡Cómo se atreven! ¿Saben quién soy yo? 

La joven atrapada dentro de una esfera mágica semitransparente se retorcía, gritando con furia. Parecía no saber que, gracias al hechizo de insonorización, sus gritos no se escuchaban fuera

—¿Quiénes demonios son ustedes? ¿Cómo se atreven a insultarme de esta manera?

—Hermana, ¿realmente tenemos que llevarla en este estado? Si la desmayamos será más fácil.

—Ni se te ocurra. Si hacemos algo por nuestra cuenta, podríamos meternos en problemas.

Nos ordenaron traerla en pleno uso de sus facultades y sin ningún daño. Al principio, cuando recibimos este encargo, nos pareció una locura. Secuestrar a la Segunda Princesa, nada menos. Incluso para las famosas Hermanas Saha, que tienen una gran reputación en los bajos fondos, dudar a la hora de meterse con la sangre real era natural.

—No se preocupen. Que Ángela esté en ese lugar es información confidencial, no oficial.

Por suerte, el hecho de que la princesa estuviera en ese pequeño pueblo al sur no había sido revelado al público. Es decir, no podían enviar abiertamente a las fuerzas del imperio para protegerla. De hecho, la princesa solo contaba con la protección de la orden de caballeros que patrullaban las cuatro montañas alrededor del pueblo. Un acto extremadamente descuidado.

—Para trabajar en las sombras, debes ser más inteligente que esos imbéciles que andan a la luz.

Aunque intentaron mantener un bajo perfil, la información siempre se filtra. Pagamos a unos cuantos bandidos y encargamos trabajos para desviar la atención. Encontramos la ruta más desprotegida y nos infiltramos para sacar a la princesa. A estas alturas, todo el bosque debe de estar lleno de bandidos.

—Los caballeros están demasiado ocupados atrapando a los otros como para prestar atención a lo que hacemos.

—Jejeje, eres la mejor, hermana.

Desde debajo de su capucha, una risa maliciosa resonaba.

—¡Malditos sean, fui demasiado confiada!

Ángela, dentro de la esfera mágica, fruncía el ceño. El motivo por el que se encontraba en ese pequeño pueblo del sur era su constitución especial. Ángela había nacido con todos sus danjeon abiertos, desde el inferior hasta el superior. Aunque esto podría parecer una señal de que estaba destinada a ser una gran espadachina, en realidad era una maldición. Su danjeon seguía absorbiendo ki constantemente, pero su cuerpo no podía soportarlo y se debilitaba poco a poco. Para empeorar las cosas, no tenía ningún talento para la esgrima. Esto significaba que no podía usar su ki de manera natural para deshacerse de él. Por eso, periódicamente viajaba a este pueblo, donde el ki era absorbido por las montañas sagradas que rodeaban la zona, dejándola libre de energía. Para proteger la reputación de la familia real, la condición de Ángela no se había hecho pública, pero cada pocos años debía venir aquí para deshacerse del ki acumulado en su danjeon. Que la princesa saliera del palacio la convertía en un blanco. Hasta ahora, no había sido un problema, lo que la hizo bajar la guardia.

De repente, una punzada de dolor profundo recorrió su cuerpo.

—Maldita sea…

Todavía no había logrado expulsar todo el ki de su cuerpo. Además, en esta montaña el aire estaba saturado de ki. Cada vez que respiraba, su danjeon zumbaba con una sensación punzante.

—Oye, ¿estás bien? Pareces estar a punto de morir de dolor.

—Déjala. Dijeron que mientras no tuviera heridas externas, no importaba si se moría por sí sola.

—Si fuera un príncipe y no una princesa, nos estaríamos divirtiendo con él… qué lástima.

Ángela apretó los labios con fuerza, llena de dolor y humillación.

—¡Cómo se atreven a humillarme…!

Lo más humillante de todo era que, incluso en este momento, su vida estaba en manos de esos miserables. Si tan solo fuera un poco más fuerte, si hubiera tenido talentos acordes a su condición… No estaría en esta situación tan patética.

—Es lamentable… mi incompetencia…

Una mujer no debería llorar fácilmente. Tus manos están hechas para secar las lágrimas del hombre que será tu compañero. Esas palabras de su madre le vinieron a la mente de repente.

—No lo sé, madre.

Con estas manos inútiles, ¿a quién podría acariciar? Con estas manos que ahora solo se ocupan de cubrir su vergüenza mientras enfrenta la muerte antes de encontrar a su compañero, ¿a quién podría proteger?

—Ugh…

Podía sentir cómo el dolor consumía su mente. Esto es el final. La princesa Ángela terminará su vida de manera tan insignificante…

—… ¿De verdad vienen por aquí?

En ese momento, una voz atravesó sus sentidos entumecidos. Con dificultad, giró la cabeza hacia donde provenía el sonido.

—Sabía que eran ustedes.

Allí estaba, un joven de su misma edad.

***

Yo no me había movido, seguía en el campamento. No era porque tuviera algún plan en particular.

—Este lugar está siendo vigilado por la Tercera Compañía.

Además, si esto realmente era un «evento» de Saga de Valdeon, entonces… Los secuestradores de la princesa inevitablemente se cruzarían conmigo, el «jugador». Si mi teoría resultaba incorrecta, me cruzaría con otro miembro del escuadrón, así que tenía ese plan de respaldo. Pero, considerando que terminé encontrándome con las «Hermanas Saha», tal como había predicho…

—Supongo que todos los demás eventos inevitables también están ocurriendo.

…Ya me empieza a doler la cabeza.

—Tch, parece que había alguien aquí después de todo.

Ambas llevaban máscaras, así que era difícil reconocerlas. La más alta probablemente es la hermana mayor. Las hermanas Saha. Son personajes enemigos que aparecen en el evento de rescate de la princesa cuando el jugador está en la zona del bosque. Aunque son más débiles que los «Piratas Negros» del área marítima o los «Forajidos» del desierto,

—Estas dos… son problemáticas.

Son complicadas porque, si luchas contra una, la otra te ataca por la espalda.

—Hermana, ese tipo es un hombre, ¿no?

—… ¿Un hombre? Ahora que lo mencionas…

—Vaya, y yo que me había preocupado por nada.

La hermana menor encogió los hombros mientras se acercaba.

—Tiene buena pinta… pero no podemos dejar testigos vivos, ¿verdad?

En el momento en que sacó su espada, bajé mi tono de voz y hablé.

—Hermanas Saha. Llegaron mucho más tarde de lo que esperaba.

Al escucharme, la hermana menor detuvo su avance. Pude ver cómo la confusión y la hostilidad se reflejaban en sus ojos negros, visibles entre la máscara.

—… ¿Qué dices? ¿Quién eres?

—¿Quién crees que soy? ¿Por qué no lo piensas tú misma?

—Deja de decir tonterías.

La hermana mayor sacó su espada y la apuntó hacia mí.

—Respóndenos ya.

—Siempre tan impacientes…

Lo más importante al hacer un farol es mantener la calma. Me levanté deliberadamente despacio.

—Soy un aliado enviado por Él.

—¿Un aliado…? Nunca nos dijeron nada de eso.

—Por supuesto que no. Yo también fui enviado de emergencia. El carruaje que transportaría al objetivo fue detenido en un puesto de control, así que conseguí otro vehículo. Por eso cambiamos el lugar de encuentro, y yo soy el encargado de guiarlas hasta allí.

—…Tu historia tiene sentido.

Aunque lo decía, sus manos seguían apretando firmemente la empuñadura de la espada.

—Pero tu cara… no me resulta familiar.

—Claro que no. No soy de tu grupo.

—¿Qué significa eso…?

Levanté un dedo y señalé hacia el cielo.

—Soy parte del círculo directo de Él.

Él. Es decir, la persona que orquestó el secuestro de Ángela y quien contrató a las hermanas Saha.

—Si manejamos bien esto, Él logrará lo que quiere.

Deliberadamente, puse una expresión fría mientras miraba a Ángela, que jadeaba dentro de la esfera mágica.

—…Ni siquiera Él sabe que estoy involucrado en esto.

Hasta ese punto, la desconfianza que se sentía por parte de las hermanas comenzó a desvanecerse un poco. Después de todo, había mencionado detalles que solo los de adentro conocerían.

—¿Ahora me crees un poco más?

—…Guía el camino.

Aunque no envainaron las espadas, ya no parecía que estuvieran a punto de atacarme.

‘Originalmente, iba a atacar primero a la hermana mayor…’

Pero no tenía otra opción.

—Ya hemos perdido mucho tiempo. Muévanse rápido.

—Tch, si no fuera por ti, ya habríamos llegado…

En el momento en que la hermana menor se acercaba a mí con su voz llena de quejas, hice circular el ki dentro de mi danjeon.

¡Uuuuuung!

El ki rojizo comenzó a concentrarse en la hoja de mi espada. La energía, parecida a una llama, tomó la forma de una gran espada.

「Estilo Garra Feroz」

El corte, similar a la garra de una bestia, rasgó el hombro de la hermana menor.

—¿Eh?

Sentí cómo el mango transmitía la sensación de músculos desgarrados y huesos fracturados.

El brazo de la chica cayó al suelo y rodó. De la herida, la sangre brotó como una fuente.

—¡Aaaaaahhh! ¡Aaahhhhh! ¡Maldito seas!

Originalmente, planeaba apuntar a su cuello. Pero aún no me había librado completamente de mis escrúpulos de hombre moderno, así que no pude hacerlo.

—¿Qué demonios…?

Mientras la hermana mayor se quedaba paralizada de la impresión, reuní el resto de mi ki y lo concentré en mis pies.

「Estilo de Tormenta」

La energía verde cubrió mis pies, ondulando como si fueran zapatos de luz.

¡Boom!

Con un gran impulso, cerré rápidamente la distancia hacia la hermana mayor.

‘Aún no tengo suficiente poder en mi 「Estilo de Tormenta」.’

El 「Estilo Garra Feroz」 era una técnica centrada en la potencia, por lo que logré acertar un golpe efectivo. Pero no estaba seguro de que el 「Estilo de Tormenta」 fuera suficiente para incapacitar a la hermana mayor. Todavía, en términos de experiencia y habilidad pura, las hermanas Saha tenían la ventaja. Así que mi mejor opción en este momento era…

‘¡Huir!’

Huir con Ángela. Cargué la esfera en la que estaba atrapada y, tan rápido como pude, comencé a usar la técnica de movimiento del 「Estilo de Tormenta」. Escuché gritos detrás de mí, pero decidí ignorarlos.

‘Primero, debo alejarme lo máximo posible.’

Las hermanas Saha, aunque no lo parezcan, son personajes realmente despiadados y viles según su trasfondo. Después de lo que hice, convirtiendo a la hermana menor en un muñón viviente, podrían perseguirme hasta el final para vengarse. Solo cuando haya salido de la montaña podré decir que estoy a salvo.

—Uh… ugh…

En ese momento, Ángela, dentro de la esfera, abrió los ojos lentamente.

—¿Tú… quién eres…?

—Se ha despertado. No se preocupe, pronto la llevaré a un lugar seguro.

Normalmente, no tendría tiempo para hablar mientras corría. Pero estamos hablando de la princesa Ángela, ni más ni menos. Si no hablara con ella de manera respetuosa, podría terminar acusado de insultar a la familia real o algo peor, así que me dirigí a ella lo más cortésmente posible.

—Ah… ya veo…

Afortunadamente, asintió, aceptando mi explicación.

—Eres… mi compañero predestinado…

……

¿Eh?