Capítulo 106

Capítulo 106

King era un enigma.

Esa perfumista de élite no solo había creado la lujosa marca CC, sino que su línea de fragancias, cosméticos y productos para el cuidado de la piel había alcanzado fama mundial, convirtiéndose en el objeto de deseo de todas las mujeres.

Pero King no se limitaba a la perfumería. Según la investigación de Fu Nancheng, tenía conexiones profundas con la industria farmacéutica y con la principal corporación médica del país.

La única imagen que había conseguido de ella fue tomada en Medio Oriente hace algunos años, durante la crisis de una enfermedad infecciosa. King había ingresado a un laboratorio de máxima seguridad para participar en el desarrollo de un nuevo medicamento. En ese momento, alguien captó la foto.

Era una persona de talento extraordinario.

Desafortunadamente, nunca mostraba su rostro. Nadie sabía si era hombre o mujer.

Pero ahora…

Si suposiciones eran correctas, King no solo era una mujer… ¡podría ser su verdadera esposa!

—Señor Fu —dijo el secretario Song—, la señora mayor insistió en que debe encontrar al verdadero dueño del colgante.

Fu Nancheng lo miró de reojo.

—¿Por qué le da tanta importancia a este jade?

Si realmente era de King, no tenía sentido que la señora mayor lo obligara a casarse con ella.

—Eso no lo sé —respondió el secretario—. Solo sé que ella lo repitió varias veces: el dueño de este colgante es su legítima esposa, y usted debe encontrarla.

Fu Nancheng entrecerró los ojos y apretó los labios.

El juego del reemplazo había terminado. Pero ahora la señora mayor de la familia Fu le exigía recuperar a su verdadera esposa.

—¿Y qué hay de Su Xue?

—Sigue en el sótano. Se niega a hablar. Insiste en que el colgante es suyo. Cuando le preguntamos sobre King, su expresión fue de total confusión. No parece estar fingiendo; realmente no sabe quién es King. No hemos podido sacarle nada útil. Además… quiere verlo.

Fu Nancheng soltó una risa fría.

Desde el momento en que descubrió el engaño del reemplazo, Su Xue había dejado de tener valor. La única razón por la que aún no la había desechado… era por Su Ci.

Pensar en Su Ci hizo que su rostro se ensombreciera aún más.

—No. Manténganla entretenida. Estoy seguro de que aún tiene cosas que no ha dicho.

—Entendido.

El secretario Song notó el mal humor de su jefe. Dudó por un instante, pero al final se atrevió a decir:

—Señor, ¿le compro alguna pomada para… el cuello?

El cuello de Fu Nancheng estaba lleno de marcas. Arañazos que, claramente, le había hecho Su Ci la noche anterior. Eran evidentes y muy sugerentes.

—No hace falta.

El tono de su jefe se volvió tan gélido que el secretario Song quiso golpearse por haber abierto la boca.

En ese momento, la puerta se abrió de golpe.

—¡Segundo hermano! —Song Zilin entró, radiante de emoción—. ¿Qué pasó con esa tal Su Ci?

Fu Nancheng seguía jugando con el colgante en su mano.

—No vuelvas a mencionarla delante de mí. Lo nuestro terminó. Ahora la señora mayor quiere que recupere a mi esposa.

—¿Tu esposa?

—Sí, joven Song —intervino el secretario—. La verdadera esposa del señor Fu es King, la perfumista de élite. El problema es que nadie sabe quién es.

—¡Pues pregúntenme a mí! —soltó Song Zilin con naturalidad—. Yo sí sé quién es King.

Silencio absoluto.

El secretario Song se quedó helado.

Fu Nancheng se detuvo en seco. Sus ojos afilados se clavaron en su hermano menor.

—¿Quién es King?

—Mi mamá lleva años con un problema grave en la piel. Su rostro quedó arruinado y no ha podido salir en público. Ha intentado contactar a King muchas veces para que le haga un tratamiento especial. Y finalmente lo logró: King accedió a verla. ¡Hoy se reunirá con ella en el Hotel Shanty!

King iba a aparecer en persona.

La mirada de Fu Nancheng se oscureció.

Song Zilin estaba exultante.

—¡Segundo hermano, esto es perfecto! Por fin dejaste a esa payasa de pueblo, Su Ci. No estaba a tu altura. ¡Ahora vamos a atrapar a King! ¡Vamos por tu verdadera esposa!