Capítulo 107
Capítulo 107
La situación estaba tensa. Song Zilin no podía ocultar su entusiasmo, convencido de que su hermano mayor Fu Nancheng nunca debió haber tenido nada que ver con Su Ci.
En su opinión, King, la famosa perfumista, era la única mujer adecuada para él, y lo mejor de todo: ¡King resultaba ser su esposa!
La conexión entre Fu Nancheng y King parecía predestinada.
King no solo era una leyenda en la industria de la perfumería, sino que también parecía estar vinculada a otras áreas como la farmacéutica.
Todo esto, por supuesto, le daba a Fu Nancheng una excusa más para dejar atrás a Su Ci y perseguir a su verdadero destino.
— ¿Por qué King no aceptó nuestra propuesta para crear una fragancia exclusiva? —preguntó Fu Nancheng, mirando a su secretario.
El secretario Song, sin embargo, no pudo evitar recordar el mal trago que había vivido Fu Nancheng cuando se dio cuenta de que King prefería que las solicitudes de perfumería se hicieran con antelación y a través de una lista de espera. Esto, sin duda, lo había dejado con una espina clavada.
— ¿Nos está tomando por tontos? —murmuró Fu Nancheng, levantándose de su asiento—. Vamos a ver quién es realmente esta King.
Mientras tanto, Su Ci despertó tarde, a mediodía. Había tomado la pastilla anticonceptiva, pero aún no sabía qué había sucedido con el jade que era crucial para ella.
La había dejado escapar en manos de Fu Nancheng, y ahora no podía dejarlo así.
Al principio había creído que ser una «sustituta» para otra persona era lo peor, pero al ver que había perdido el jade, ¡su identidad estaba en juego! Necesitaba recuperarlo a toda costa. La marca de ese jade era el símbolo de su verdadero ser.
Cuando vio que se acercaba la hora de su cita con Song Furen, madre de Song Zilin, se preparó y se dirigió rápidamente al Hotel Shanty.
Ya dentro, en el lujoso 6011, esperaba la llegada de Song Furen, quien aún no había llegado.
De repente, escuchó unas voces familiarmente cercanas.
— ¿Es este el 6011? —dijo la voz de Song Zilin—. ¡King está por llegar!
Su Ci se estremeció. ¿Song Furen era la madre de Song Zilin?
Y justo en ese momento, escuchó una voz grave y conocida:
— Está bien.
¡Era la voz de Fu Nancheng!
Su Ci sintió un nudo en el estómago.
Song Zilin había traído a Fu Nancheng a esperar a King.
Estaba claro que no deseaba ser descubierta.
Cuando escuchó que se acercaban, rápidamente intentó ocultarse, pero ya era demasiado tarde.
La puerta se abrió de golpe.
Fu Nancheng y Song Zilin entraron al cuarto, y en cuanto sus ojos se posaron sobre Su Ci, él frunció el ceño.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Song Zilin. — Mi madre había citado a King, pero… ¿dónde está?
Su Ci se mantuvo calmada, sin que su rostro delatara ninguna emoción. Miró fijamente a Song Zilin, quien parecía no haber sospechado de nada.
— No he visto a nadie. Solo soy una camarera aquí. Acabo de traerles el té.
El atuendo de Su Ci, un delantal de camarera, y el plato de té en sus manos, parecían confirmar su historia. Song Zilin se rió con desprecio:
— ¿De verdad estás trabajando como camarera, Su Ci? ¿Acaso no tienes dinero?
Su Ci, sin alterar su tono, respondió:
— Song Zilin, con permiso, me voy.
Fue en ese momento cuando se acercó a la puerta, pero Fu Nancheng, como una pared de acero, la bloqueó, impidiéndole la salida.
— ¿Vas a irte tan rápido? —le dijo, en un tono gélido.
El sonido de Song Zilin riendo a lo lejos no ayudó.
— ¡Qué ridículo! Su Ci, si necesitas dinero, puedes ir con mi hermano. ¿Sabías cuánto tiene él? Pero, claro, jamás te atreverías a pedirle nada. No tienes dignidad.
El rostro de Su Ci se mantuvo inexpresivo, y con una mirada fría y decidida, fijó su vista en Fu Nancheng.
— Señor Fu, por favor, ¿me permite pasar?
Él no mostró emoción alguna. Simplemente la miró fijamente, sin moverse.
— ¿Te has tomado la pastilla? —preguntó, su tono bajando, pero claro como un eco en el aire.
Su Ci, con su habitual frialdad, lo miró directamente a los ojos.
— Ya la tomé. Si no me cree, puedo tomar otra frente a usted.
Lo que en su tono sonaba a una simple declaración, en realidad era un desafío, una respuesta que mostraba la ironía de la situación: todo lo que él había tratado de controlar estaba fuera de su alcance.
Capítulo 107
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El poderoso CEO solo ama a su esposa sustituta
Ella era una joven humilde del campo, considerada la «payasa» de la familia, obligada a casarse en lugar de su hermana con Fu Nancheng, el hombre más poderoso de Ye City.
De día, vivía...
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