Capítulo 110
Capítulo 110
La situación se volvía más tensa a medida que las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar de manera inesperada.
Su Changrong y Li Lan trataban de defender a Su Xue, admitiendo que había tomado la pieza de jade de Su Qianrou, pero también dejaban claro que Su Qianrou era la verdadera heredera del compromiso con Fu Nancheng, haciendo todo lo posible por protegerla y sus propios intereses.
Fu Nancheng se mantenía implacable, su mirada penetrante dejando claro que estaba analizando todo lo que decían.
Finalmente, tras un momento de silencio, preguntó directamente:
— ¿La pieza de jade realmente es tuya? La respuesta de Su Qianrou fue firme, pero llena de misterio, sugiriendo que había mucho más que lo que se veía a simple vista.
Cuando Fu Nancheng preguntó por King, Su Qianrou se mostró evasiva, asegurando que su identidad era un asunto privado.
Sin embargo, la conversación avanzó rápidamente hacia el asunto del matrimonio, con Su Changrong insistiendo en que la unión con Su Qianrou debía ser formalizada, dado que el compromiso con Su Xue ahora estaba anulado.
Pero Fu Nancheng se mostró distante, sin ofrecer una respuesta clara, lo que generó una atmósfera de incertidumbre.
La salida fue tan fría como la entrada. Fu Nancheng ordenó que los Su se marcharan, dejando claro que no estaba dispuesto a apresurarse en tomar decisiones.
Mientras tanto, Su Qianrou mantenía su fachada perfecta, observando a Fu Nancheng con una mirada que combinaba respeto y ambición.
Después de que se fueron, la situación en la familia Su tomó un giro aún más oscuro.
Su Xue, que había sido liberada de su cautiverio, ahora se encontraba irreconocible debido al maltrato sufrido.
Su rostro había quedado irreparablemente dañado, y su comportamiento parecía desmoronarse junto con su apariencia.
Li Lan la consolaba, pero Su Qianrou no podía evitar ver con frialdad a su hermana, pensando que, a pesar de todo, solo ella era digna del apellido Su.
Sin embargo, con suavidad, aseguró a su madre que conocía médicos capaces de ayudar a Su Xue, aunque su tono parecía más calculado que genuino.
Su Changrong se mostró furioso por la manera en que Fu Nancheng había manejado la situación, convencido de que la familia Su había perdido una oportunidad valiosa.
Sin embargo, Su Qianrou, con una sonrisa segura, le aseguró a su padre que aún tenía el control de la situación. Su confianza se mantenía inquebrantable.
Mientras tanto, en la residencia de Fu Nancheng, la tensión alcanzaba nuevos picos.
Fu Yiying, la sobrina de Fu Nancheng, se presentó frente a él, decidida a hacerle una pregunta que no podía esperar más:
— ¿Realmente vas a casarte con Su Qianrou?
La pregunta sorprendió a Fu Nancheng, quien se mostró molesto por la intromisión, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando algo o alguien captó su atención.
Su Qianrou seguía ocupando su mente, pero entonces, Su Ci regresó a la villa, un hecho que trastocó completamente sus pensamientos.
Fu Yiying no perdió tiempo al acercarse a Su Ci, temerosa por lo que había escuchado:
— ¡Mi pequeño tío se va a casar con Su Qianrou!
Su Ci, al escuchar el comentario, no pudo evitar fruncir el ceño, preguntando:
— ¿Qué está pasando?
La respuesta de Fu Yiying llegó rápidamente, llenando la atmósfera de incertidumbre:
— ¡Mi tío va a casarse con Su Qianrou!
Fue en ese momento cuando Fu Nancheng se acercó a Su Ci, observándola cuidadosamente, como si estuviera esperando una reacción de su parte.
La tensión en el aire era palpable, y todo parecía estar encaminado hacia una confrontación inevitable.
¿Cómo respondería Su Ci ante la noticia de que Fu Nancheng estaba considerando casarse con otra mujer?
Capítulo 110
Fonts
Text size
Background
El poderoso CEO solo ama a su esposa sustituta
Ella era una joven humilde del campo, considerada la «payasa» de la familia, obligada a casarse en lugar de su hermana con Fu Nancheng, el hombre más poderoso de Ye City.
De día, vivía...
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free
- Free