Capítulo 23
Capítulo 23
La atmósfera en la sala se volvió tensa de inmediato.
Fu Jue y Su Xue contuvieron la respiración, sin atreverse a hacer el más mínimo ruido.
Su Ci caminó hasta quedar frente a Fu Nancheng.
—Joven amo, ¿qué órdenes tiene para mí?
Fu Nancheng la miró fijamente.
—Cúbrete la cicatriz del rostro. Quiero ver si tu cara es igual a la de Su Xue.
—…Joven amo, yo…
—Si no lo haces tú, entonces lo haré yo.
De un tirón, Fu Nancheng la acercó hacia sí.
Le cubrió la cicatriz del rostro con su mano y, de inmediato, su rostro frío y exquisito quedó al descubierto.
Era exactamente igual al de Su Xue.
Fu Nancheng la miró fijamente.
Su piel era blanca como la porcelana, sus ojos claros y brillantes…
No solo se parecía a Su Xue.
También era el mismo rostro de la chica que había dormido en su pecho las últimas dos noches.
Los ojos de Fu Nancheng se oscurecieron.
Como si se hubiera volcado un frasco de tinta espesa y negra dentro de ellos.
Era una oscuridad profunda.
Peligrosa.
Como un abismo.
—¿Por qué tu rostro es exactamente igual al de Su Xue?
Su Xue reaccionó de inmediato.
—¡Es porque Su Ci se sometió a una cirugía para copiar mi rostro! Pero la cirugía salió mal, por eso quedó con esa cicatriz.
Fu Nancheng la miró.
—¿Es cierto?
El corazón de Su Ci latió con fuerza.
Por ahora, no tenía otra opción más que admitirlo.
—Sí.
Pero entonces, Fu Nancheng entrecerró los ojos.
Su tono se volvió más profundo y peligroso.
—¿Seguro que no me ocultas nada más? Como por ejemplo… Haber cubierto esa cicatriz para hacerte pasar por Su Xue.
El cuerpo de Su Ci se tensó.
¡Él comenzaba a sospechar!
Un sudor frío le recorrió la espalda.
Pero forzó a su mente a mantenerse calmada.
Aún no había descubierto que su cicatriz era falsa.
Solo Fu Jue lo sabía.
Inspiró hondo y respondió con voz tranquila:
—Eso es imposible, joven amo. Incluso si cubriera mi cicatriz con una gruesa capa de maquillaje, usted lo notaría de inmediato. Después de todo, soy la persona que duerme a su lado. No podría engañarlo.
Fu Nancheng frunció los labios.
Era cierto.
Las últimas dos noches, la chica en sus brazos no llevaba ni una pizca de maquillaje.
Su piel era suave y limpia, sin la más mínima imperfección.
Si Su Ci hubiera cubierto su cicatriz con maquillaje, él lo habría notado.
Tal vez…
Tal vez solo estaba siendo paranoico.
Sin embargo, su voz seguía siendo amenazante cuando dijo:
—Más les vale no estar mintiéndome. O lo lamentarán.
Con esa advertencia helada, se dio media vuelta y se marchó.
El aire opresivo desapareció.
Fu Jue y Su Xue finalmente pudieron respirar con normalidad.
¡Por poco!
¡Por poco y Fu Nancheng descubría la verdad!
Fu Jue se acercó con una sonrisa traviesa.
—Oye, pequeña fea. ¿Por qué trabajas como sirvienta para mi tío? Hagamos esto. Sea lo que sea que mi tío te esté pagando, yo te pago el doble. Ven conmigo y conviértete en mi sirvienta personal.
El tono con el que enfatizó “sirvienta personal” sonó sumamente insinuante.
Su Xue frunció el ceño.
—Joven Fu, ¿cómo es que te gusta Su Ci? Ella es una cara operada.
Fu Jue levantó una ceja con burla.
—Oye, Su Xue.
—Solo porque te llamo “tía” no significa que realmente lo seas. Si me preguntas, tú eres la verdadera cara operada aquí. No entiendo por qué mi tío se casó contigo.
Su Xue apretó los dientes con rabia.
¿Cuándo demonios había logrado Su Ci seducir a Fu Jue?
¡Que a Fu Nancheng le gustara ya era suficiente problema!
¡Pero ahora hasta su sobrino también estaba interesado en ella!
¿Por qué todos los hombres se volvían locos por Su Ci?
¡No lo aceptaba!
Fu Jue la miró con una sonrisa traviesa.
—Entonces, ¿qué dices? Ven conmigo. A partir de ahora, yo te mantendré. Tengo dinero de sobra.
Pero en ese momento…
Una voz profunda y fría resonó desde la entrada.
—¡Fu Jue!
Era Fu Nancheng.
Había regresado.
Fu Jue parpadeó sorprendido.
—Tío, ¿por qué volviste?
Fu Nancheng lo miró con indiferencia.
—Hoy vendrás conmigo a la empresa. Quiero evaluar tu progreso en finanzas y gestión.
El rostro de Fu Jue palideció.
—¡No, tío, por favor, no!
Pero Fu Nancheng ni siquiera se inmutó.
—Si no vienes, le diré a tu padre que te cancele todas tus tarjetas de crédito.
Fu Jue sintió como si le hubieran dado un golpe directo en el alma.
¡¿Qué?!
¡¿Le iban a cancelar sus tarjetas?!
El joven rico que decía tener «dinero de sobra» quedó completamente en shock.
—…
Tragó saliva.
—Bien, tío… iré contigo a la empresa.
Antes de irse, se giró hacia Su Ci y le guiñó un ojo.
—Pequeña fea, nos vemos después.
Finalmente, los dos se marcharon.
Su Ci bajó la mirada, aliviada.
Pero justo en ese momento…
—¡Ding!
Sonó su teléfono.
Un mensaje.
De un número desconocido.
Abrió la pantalla y leyó el contenido.
«Rompe inmediatamente con mi sobrino.»
Capítulo 23
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El poderoso CEO solo ama a su esposa sustituta
Ella era una joven humilde del campo, considerada la «payasa» de la familia, obligada a casarse en lugar de su hermana con Fu Nancheng, el hombre más poderoso de Ye City.
De día, vivía...
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