Capítulo 30
Capítulo 3o
Fu Nancheng la tomó de la mano y la llevó adentro.
Su Ci lo siguió de cerca, sintiendo cómo su palma grande y cálida envolvía por completo su pequeña y suave mano.
Pensó que sus días como sustituta habían terminado, pero quién iba a decir que aún continuarían.
Apenas entraron en la sala, se escuchó la voz ansiosa de la señora Fu, Lin Xiangyu:
—Mi hijo fue a traerme una nuera, ¿por qué todavía no ha vuelto? ¡Cierren la puerta! Si regresa solo, no lo dejen entrar.
—Mamá… —Fu Nancheng suspiró.
Pero la señora Fu ya había visto a la delicada figura detrás de su hijo y corrió hacia ellos con entusiasmo.
—¡Hijo, por fin volviste! Te he esperado mucho. ¿Esta es mi querida nuera, Su Xue?
—Mamá —Su Ci la saludó con dulzura.
—¡Bien, bien, bien! —La señora Fu respondió de inmediato, satisfecha con su nueva nuera—. Xuexue, la verdad es que llevo tiempo escuchando hablar de ti.
—¿Yo?
—¡Claro! ¡Tú eres la bandida que sedujo a mi hijo!
—…
El diminuto rostro de Su Ci se encendió en un instante. Aquella noche que había tratado de enterrar en su memoria apareció de repente con total claridad.
—Xuexue, dime, quiero una exclusiva —dijo la señora Fu, guiñando con picardía—. ¿Cómo estuvo mi hijo? Esa noche, ¿seguía siendo un… chico inocente?
Su Ci ya había sospechado que aquella había sido su primera vez, pero al escucharlo confirmado, no pudo evitar mirar a Fu Nancheng.
Él se mantenía de pie con su alta y elegante figura, observándola con una mirada profunda.
Cuatro ojos se encontraron.
Los recuerdos de aquella noche resurgieron con una intensidad abrasadora.
Su Ci apartó la mirada rápidamente.
—Mamá, esa noche… yo no recuerdo nada.
La señora Fu estalló en carcajadas.
—Xuexue, vamos a hacer dumplings. Esta noche cenaremos en familia.
—Está bien.
Su Ci comenzó a hacer dumplings junto a la señora Fu. Como la masa estaba en la parte alta del refrigerador, se acercó para alcanzarla.
Pero el refrigerador era demasiado alto. Incluso de puntillas, no llegaba.
En ese momento, una silueta alta y robusta se acercó por detrás. Un brazo largo se extendió y, con facilidad, tomó la masa.
Su Ci supo de inmediato que era Fu Nancheng. Su fragancia masculina, limpia y fresca, la envolvió al instante.
Se giró para agradecerle:
—Gracias.
Pero él no le entregó la masa. En su lugar, la acorraló contra la esquina, atrapándola entre sus brazos. Luego se inclinó, acercando su rostro masculino y perfecto al suyo. Con voz baja y provocadora, preguntó:
—¿De verdad no recuerdas nada de esa noche?
El rubor en el rostro de Su Ci se extendió hasta sus níveas orejas. Sus ojos de cervatillo se llenaron de un brillo húmedo y nervioso.
—N-no… no recuerdo nada.
Fu Nancheng dejó escapar una risa grave y ronca.
No esperaba que Su Xue, de día, también pudiera ser tan tímida y encantadora.
¿Por qué no se había dado cuenta antes?
Llevaba dos noches sin abrazarla al dormir. Ahora, tan cerca, su dulce aroma femenino lo envolvía, despertándole una inquietante ansiedad.
No pudo evitar provocarla:
—Entonces… ¿quieres que esta noche te ayude a recordarlo?
—…
El ambiente se volvió denso y cargado de tensión. Su Ci sintió su corazón latir con fuerza descontrolada.
—¡Ci Ci! ¿Por qué tardas tanto con la masa? ¿Está muy alta? ¡Déjame ayudarte!
La señora Fu se acercó y, al ver a su hijo acorralando a su nuera, exclamó con picardía:
—¡Ay, ay! No interrumpiré. ¡Que los jóvenes la busquen!
Su Ci deseó desaparecer en ese momento. Agarró la masa rápidamente e intentó escapar por la izquierda, pero Fu Nancheng se movió para bloquearla. Se fue a la derecha, y él también.
La estaba acorralando con descaro.
Con el rostro completamente rojo, Su Ci tomó un poco de harina y se la untó en la cara.
—¡Para que aprendas a no bloquearme!
Fu Nancheng se echó hacia atrás y, aprovechando la oportunidad, ella salió corriendo.
Él la observó huir, se limpió la harina con el dorso de la mano y dejó escapar una risa divertida.
Después de cenar, la señora Fu anunció con naturalidad:
—Hijo, Xuexue, la habitación nupcial ya está lista. Vayan a descansar temprano.
—¿Qué?
¿Dormir aquí?
¿Otra vez tendría que compartir la cama con Fu Nancheng?
Capítulo 30
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El poderoso CEO solo ama a su esposa sustituta
Ella era una joven humilde del campo, considerada la «payasa» de la familia, obligada a casarse en lugar de su hermana con Fu Nancheng, el hombre más poderoso de Ye City.
De día, vivía...
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