Capítulo 43

Capítulo 43

Su Ci lo entendió de inmediato.

Ese supuesto «misterioso magnate» que Su Xue llamaba su novio…

Era Fu Nancheng.

Debido a su matrimonio secreto, Su Xue no podía revelarlo públicamente y tenía que mantener la farsa.

Su Ci bajó la mirada a la Estrella Suprema que colgaba del cuello de Su Xue.

Vaya, sí que había sido generoso con ella.

Un solo regalo y ya costaba varios miles de millones.

Y mañana…

¿Él realmente aparecería en la fiesta de cumpleaños de Su Changrong?

Si Fu Nancheng asistía, la familia Su nunca volvería a ser la misma.

A partir de ese momento, Su Xue se convertiría en la señora Fu, la mujer que todos en la alta sociedad envidiarían y admirarían.

Eso era exactamente lo que ella quería.

Desde el instante en que Fu Nancheng aceptó ir a la fiesta, Su Xue estaba extasiada.

Por fin… ¡había llegado su momento!

Mañana sería el día en que pisotearía a todos bajo sus pies.

—¿Qué pasa, Su Ci? ¿Estás celosa? —preguntó Su Xue con una sonrisa altanera—. De nada te servirá.

—Tú no naciste con esta suerte, así que solo te queda mirarme convertirme en un fénix.

Con una risa satisfecha, sacó una tarjeta de crédito de un millón de yuanes, premio de Su Changrong.

Se la entregó a la vendedora con arrogancia.

—Este, este y este. Envuélvalos. Pago con tarjeta.

—¡Por supuesto, señorita!

Después de pagar, Su Xue y Li Xuan salieron del lugar con la cabeza bien en alto.

Mientras tanto.

Fu Yingying las observó alejarse con una expresión de confusión.

—Ci Ci, ¿quién es el novio de Su Xue? —preguntó con el ceño fruncido—. Habla como si estuviera a punto de casarse con el hombre más rico de Ye City.

Su Ci la miró en silencio.

Pobre niña, ya has descubierto la verdad sin darte cuenta.

—Bah, no importa. No dejemos que esa gente nos arruine la noche —dijo Fu Yingying con despreocupación—. Vámonos a un bar.

Bar “Cielo en la Tierra”

Fu Yingying prácticamente arrastró a Su Ci hasta el bar.

Ambas tomaron unos cócteles, y luego Fu Yingying la jaló del brazo.

—Ci Ci, vamos a bailar.

Su Ci vaciló.

—Mejor volvamos. Si tu tío se entera, me culpará a mí.

—No te preocupes, mi tío no está aquí.

Para evitar ser reconocidas, Fu Yingying sacó dos velos finos y se los colocaron sobre el rostro, dejando solo los ojos al descubierto.

Los ojos de Su Ci eran puros y brillantes, con un aire melancólico.

Los de Fu Yingying, en cambio, eran traviesos y llenos de energía.

Apenas entraron en la pista de baile, todas las miradas se centraron en ellas.

El ritmo era salvaje.

El DJ ponía música de alto voltaje, y la gente se movía como si estuvieran en un trance.

Fu Yingying, desinhibida, comenzó a bailar con entusiasmo, pegándose a Su Ci.

Su Ci suspiró con resignación y esbozó una sonrisa.

Está bien, por una noche dejaría de pensar en Fu Nancheng y se dejaría llevar.

Así que cerró los ojos y comenzó a moverse, con una cadencia sensual y fluida.

Su cintura ondulaba como la de una serpiente.

De inmediato, se convirtieron en el centro de atención.

Silbidos.

Algunos hombres comenzaron a acercarse, rodeándolas.

En un reservado privado.

En una esquina oscura y apartada del bar, Fu Nancheng estaba sentado en el lugar principal.

Entre sus largos y elegantes dedos, sostenía un cigarro encendido.

El resplandor rojo de la brasa iluminaba su rostro, mientras el humo ascendía lentamente, oscureciendo su mirada fría y penetrante.

Con los ojos afilados como un halcón, miraba fijamente hacia la pista de baile.

Sus pupilas se entrecerraron levemente.

Había visto a Su Ci y a su sobrina en el instante en que entraron.

Desde la habitación contigua, un grupo de jóvenes millonarios charlaba animadamente.

—Oye, miren en la pista de baile…

—Vaya, hay dos bellezas ahí. ¡Y sí que saben moverse!

—Especialmente la de cabello negro y esa cintura de serpiente… se mueve como si no tuviera huesos.

Se escuchó una carcajada.

—Jajaja, Joven Ji, ¿te ha gustado la de la cintura de serpiente?

—Si quieres, solo di la palabra y esta noche te la llevamos a la cama.