Capítulo 2

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Capítulo 2

De repente, una voz suave desde la entrada hizo que las cabezas de los tres hombres giraran al mismo tiempo.

Especialmente Bansis, quien palideció y exclamó agitado.

«¡Tú, Miracle! ¿Cómo es que estás aquí? ¡Dijiste claramente que ibas a dormir!»

«Pero…»

A través de los tres, la figura de la intrusa se vislumbró brevemente.

«Todos se fueron a algún lado sin mí.»

Cabello lacio y blanco que fluía hasta la cintura, piel tan limpia y transparente como la nieve recién caída, grandes ojos con iris violetas tan puros como las violetas.

Una mujer hermosa como la nieve, completamente opuesta a mi negrura.

El tesoro de Rodbell y su preciada hija menor.

Miracle Rodbell.

Ella refunfuñaba con las mejillas infladas.

Por lo que entendí, nos había visto a los tres y a mí desplazándonos y nos había seguido en secreto.

En circunstancias normales, cualquiera habría notado la presencia de Miracle inmediatamente, pero hoy, todos estaban tan concentrados en mí que nadie se dio cuenta.

«Aun así, hacer algo tan imprudente. Deberías saber que te excluimos por una razón.»

«¡Mi hermano tiene razón! ¿Cómo te atreves con lo débil que es tu cuerpo?»

Cuando Estio y Bansis la reprendieron uno tras otro, los labios de Miracle se fruncieron.

«Tsk, ustedes dos son demasiado regañones.»

«No son regaños, es que nos preocupamos por ti—»

«Sí, sí, claro. ¡Después de todo, solo papá está de mi lado!»

Miracle corrió directamente a los brazos del Duque Rodbell.

Él la recibió con una sonrisa más radiante que nunca.

Bansis y Estio se reunieron alrededor de Miracle.

Yo observaba aturdida la escena.

Era la imagen perfecta de una familia.

Con solo yo dejada atrás en esta oscuridad.

Aquel lugar era un santuario donde yo jamás podría dar ni un solo paso.

«…Estoy acostumbrada.»

Una familia unida sin mí.

Una familia perfecta sin mí.

Una imagen familiar completa precisamente porque yo no estoy…

Ya ni siquiera sentía la miseria.

«En realidad, mejor así.»

Gracias a esto, también tenía la oportunidad de escapar de este lugar.

«Oye, Miracle. Deja de hablar y sube al carruaje. Te seguiremos pronto.»

«No, por si acaso, Bansis, acompáñala. Pronto terminaremos aquí.»

«Sí, eso sería lo mejor.»

«Haz lo que dicen tus hermanos, Miracle.»

Ahora que todos estaban concentrados en Miracle, era mi oportunidad.

No pensé demasiado.

¡Dash!

Inmediatamente salté hacia adelante.

Planeaba escapar de este lugar aprovechando que estaban distraídos.

Pero…

«¿Eh?»

Como si hubiera anticipado mi movimiento, inmediatamente mis ojos se encontraron con los de Miracle.

Por un instante, una extraña sensación como si el tiempo se detuviera envolvió mi cuerpo.

En el momento siguiente, pareció que solo parpadeé una vez.

—¡Swoosh!

Una ráfaga repentina me envolvió.

«…!»

El viento me empujó directamente hacia el Abyssus.

Demasiado tarde me di cuenta de que no era viento, sino poder mágico.

Cuando lo comprendí, ya era demasiado tarde.

Las imágenes de Bansis con expresión sorprendida, Estio frunciendo el ceño, y el Duque Rodbell observándome en silencio pasaron ante mí.

Y entonces…

«¿Está… sonriendo?»

Entre ellos, Miracle me miraba sonriendo.

No solo eso, sino que sus labios se movieron.

En el último momento, lo que Miracle claramente me dijo fue…

«Adiós-. Lucia idiota.»

Con esas palabras y una sonrisa radiante como la de un ángel, mi visión se desvaneció por completo.

Todo mi campo visual era negro.

Todo terminó. Finalmente había terminado.

«¿El fin… realmente es el fin?»

Junto con el vacío, también sentí alivio.

Porque ya no tendría que luchar desesperadamente para sobrevivir, para ser amada.

Pensándolo así, parecía un alivio, pero…

«No es justo.»

Al mismo tiempo, la indignación me invadía.

Si hubiera sabido que terminaría así, no me habría esforzado tanto por ser amada.

Podría haber vivido una vida diferente.

Pero tanto el arrepentimiento como la indignación eran inútiles.

Al final, había caído al Abyssus.

Así que mejor aceptarlo. Desaparecer rápidamente.

Pensando así, cerré los ojos en ese momento.

[Vaya.]

De repente, al escuchar una voz, abrí los ojos de golpe.

Una voz baja con un toque de diversión.

[Algo interesante ha caído.]

«…?»

¿Qué?

¿Quién es?

En mi mente momentáneamente confusa surgió una pregunta.

«¿Quién es?»

Que se escuchara una voz.

Es imposible.

Porque…

«Caí al Abyssus.»

Sin duda, esto es dentro del Abyssus.

Entonces, ¿quién es el dueño de esta voz que estoy escuchando ahora?

«Quizás está conectado a otro lugar…»

Por supuesto, sé que es una suposición absurda.

Si el agujero estuviera conectado a algún lado, yo habría caído hasta el final.

Sin embargo, mi cuerpo ni siquiera había tocado nada, ni siquiera sentía que estaba cayendo.

Para empezar, era un agujero tan profundo que no se veía el final.

Alguien como yo, sin una pizca de poder mágico, no tenía posibilidad de sobrevivir a una caída desde tal profundidad. Muerte instantánea o agonía.

Y no solo eso.

La prueba más certera de que este lugar es el interior del Abyssus.

«Parece como si estuviera flotando.»

La sensación de flotar como en el agua confirmaba que este era el interior del Abyssus.

Sí, esto es dentro del Abyssus.

En el momento en que lo confirmé nuevamente, me vino a la mente una suposición.

Realmente suena absurdo, pero podría ser posible precisamente porque estamos dentro del Abyssus.

«…¿Dios maligno?»

La existencia del dios maligno que se decía estaba sellado dentro del Abyssus.

Entonces, ¿podría ser que la identidad de esta voz fuera el dios maligno…?

[…]

No hubo respuesta.

¿Quizás no es el dios maligno?

Entonces…

«…¿Es usted la muerte?»

Sin darme cuenta, pensé que quizás había muerto y la muerte había venido a buscarme.

Cuando pronuncié «la muerte», rompiendo el silencio, me respondió una pregunta con un toque de diversión.

[¿Eso importa? Si soy un dios maligno o la muerte.]

«No.»

Respondí de inmediato.

«No importa si es un dios maligno o la muerte. De todos modos, ambos van a matarme.»

Sí, ¿qué importa si es un dios maligno o la muerte?

De todas formas, morir es lo mismo.

Volví a cerrar los ojos para recibir la muerte inminente.

Si hay algo que deseo en este momento, es que me mate de una vez sin dolor.

Estoy harta del dolor.

Tanto físico como mental…

Pero por alguna razón, el «ser» no me mató.

En su lugar, escuché una voz que parecía despreciarme.

[Tú… eres débil, ¿verdad?]

«…»

Su tono burlón me irritó mucho.

¿Yo, débil?

«¿No es más bien extraordinario que haya aguantado hasta aquí?»

Nací en un burdel y apenas sobreviví mendigando.

A los 9 años, fui prácticamente secuestrada por ser sangre Rodbell, sufrí todo tipo de desprecio y opresión, y finalmente fui ofrecida como sacrificio para la gloria de Rodbell.

Si me hubiera derrumbado en algún momento intermedio, ni siquiera estaría aquí ahora manteniendo esta conversación con un ser que no sé si es un dios maligno o la muerte.

Resistí y resistí, esperando solo el día en que fuera adulta y pudiera independizarme.

¿Y este es el resultado que obtuve?

«Adiós-. Lucia idiota.»

Recuerdo las últimas palabras de Miracle.

Miracle tenía razón.

Yo era una idiota.

Si tan solo… si hubiera nacido con talento para la espada como Estio, con talento para el mado como Bansis, con talento para la magia como Miracle.

Si hubiera nacido con al menos uno de ellos, ¿mi situación habría sido un poco diferente?

«Quién sabe.»

Hubo un tiempo en que lo imaginé fervientemente.

Soñaba con lo imposible: ser querida por mi padre, pelear juguetonamente con mis hermanos, ser amiga de Miracle y formar parte de su familia.

Pero ahora lo sé. Esas fantasías solo me hacen más miserable.

Se me escapó una risa autocompasiva.

Realmente estoy cansada.

Con los ojos cerrados, esperé la muerte que él me concedería.

Sin embargo, no me otorgó la muerte tan fácilmente como yo deseaba.

[No sé si llamar a esto buena o mala suerte.]

«…»

[Justo tenía que ser una mujer tan apática el único ser que podría salvarme.]

«Habla demasiado.»

Pensé indiferentemente mientras escuchaba su voz lamentarse.

«Pero mejor no apresurarle.»

Quiero morir con el menor dolor posible.

Sería problemático si, por irritarse, decidiera matarme dolorosamente.

Pensando así, mantuve los ojos firmemente cerrados con paciencia.

«Oye, humana.»

De repente, la textura de la voz que escuchaba cambió.

La voz que resonaba se clavó claramente en mis oídos.

Sobresaltada, abrí los ojos.

Pero…

«¿Por qué mantienes los ojos tan fuertemente cerrados como si quisieras que te matara pronto?»

La cara de un hombre sonriendo ampliamente, mostrando sus colmillos, se grabó en mis ojos.

Eh…