Capítulo 5

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Capítulo 5

Los ojos de Bansis, que nunca en su vida había escuchado que «no era gran cosa», se abrieron por la conmoción.

En respuesta, Lucia, con una sonrisa burlona, bajó con suavidad de la cama y se acercó.

Mientras Lucia se aproximaba, las pupilas de Bansis temblaban violentamente.

La pequeña y demacrada Lucia.

Un gusano que se había arrastrado por las sucias calles y que, por suerte, había entrado rodando a la familia Rodbell.

A los ojos de Bansis, Lucia era increíblemente insignificante y despreciable.

Un insecto que podía matar en cualquier momento si le apetecía, aplastándolo con el dedo.

La bastarda que manchaba el nombre de Rodbell.

No era nada más ni nada menos que eso…

«¿Me equivoco? No eres inteligente como Estio, el primogénito, ni adorable como Miracle. Eres impulsivo y aunque aparentas ser fuerte, en realidad no eres más que un cobarde.»

«Tú…»

Los ojos púrpura rojizo de Bansis se encendieron.

Porque Lucia había tocado exactamente su punto débil.

La ira se acumuló hasta los huesos al darse cuenta de que precisamente alguien como Lucia había descubierto su debilidad.

Como para demostrarlo, un aura violácea comenzó a ondear alrededor de Bansis.

***

«El poder mágico de Rodbell.»

Mientras observaba el aura violeta que empezaba a surgir alrededor de Bansis, pensé en aquello.

Normalmente, el poder mágico se refiere a una fuerza especial que fluye por el cuerpo.

Cuando este poder interno se procesa con fórmulas mágicas y se amplifica y activa a través de piedras mágicas, se convierte en lo que comúnmente llamamos magia.

Por lo tanto, para usar magia, se necesitan esencialmente un bastón conectado a una piedra mágica y fórmulas mágicas, pero el poder de Rodbell no solo omite ese proceso, sino que es varias veces más poderoso que el poder mágico normal incluso sin pasar por las piedras mágicas.

Además, mientras que el poder mágico normal no refinado se dispersa en energía tan pronto como se manifiesta, el poder de Rodbell tiene propiedades orgánicas, por lo que no se dispersa y puede transformarse en la forma deseada.

Es decir, si se maneja bien, se puede solidificar el poder mágico mismo en una forma. Por supuesto.

«Aunque solo el primer Rodbell pudo hacer eso.»

Es solo en teoría.

Así, los Rodbell a lo largo de la historia inventaron una nueva técnica que combinaba esgrima y magia.

Esa era la «técnica mado».

Utilizando esta técnica, entrenaron a caballeros mado y fundaron la «Orden de Caballeros Mado de Rodbell», considerada la orden de caballeros más fuerte del continente.

«Y Bansis destacaría en el futuro como caballero mado.»

Además, cuando el comandante de la Orden de Caballeros Mado de Rodbell falleció repentinamente, Bansis ocupó el puesto vacante y obtuvo la gloria de ser el comandante más joven de la historia.

Eso incluso hizo tambalear la posición de Estio como heredero, pero…

Bueno.

«Eso es algo que sucederá dentro de unos años.»

El Bansis que tengo frente a mí ahora no es más que un novato que ni siquiera sabe controlar adecuadamente su propio poder mágico.

«Por eso funciona esta provocación.»

Quizás yo sea la persona que mejor conoce a Bansis en este mundo.

Por eso también sé qué es lo que más odia escuchar.

Después de tomar un momento para respirar, lo miré directamente a los ojos y dije:

«Aunque lo niegues, eres un cobarde.»

«…Repítelo.»

«Co-bar-«

¡SLAP!

En un instante, mi cabeza giró. Mi mejilla ardía como si fuera a reventar.

Aunque era un niño, la fuerza de Bansis, que entrenaba esgrima, era tan intensa como la de un adulto.

«Siento como si me fuera a romper el cuello.»

Aunque dolía tanto que casi me saltaban las lágrimas…

«Soy buena ocultando mis emociones.»

Mantuve mi expresión indiferente mientras me volvía hacia Bansis.

Luego, con una sonrisa burlona, dije:

«¿Esto es todo? Para alguien que aprende esgrima, eres débil.»

«¡Tú, túúú!»

Finalmente, los ojos de Bansis se desorbitaron por completo.

«Te mataré.»

Su poder mágico se agitaba violentamente, haciendo que los objetos de la habitación volaran como si hubieran sido atrapados en un torbellino.

Shing…

La espada de Bansis emitió un sonido escalofriante al ser desenvainada.

Justo cuando la punta de la espada estaba a punto de apuntarme.

«¡¿Qué es todo este alboroto?!»

Un grito resonó desde la puerta.

Me giré hacia allí.

«Por fin aparece.»

Un traje de mayordomo marrón cuidadosamente planchado, cabello verde recogido en una coleta, ojos verde oscuro detrás de gafas con montura plateada perfectamente horizontal, un hombre de aspecto estricto.

«Ri-Rigleen…»

Instantáneamente, el poder mágico de Bansis se encogió.

El mayordomo principal de la Casa Ducal Rodbell, Rigleen Pedlerun.

Pero no era un mayordomo común.

Rigleen Pedlerun no solo era el mayordomo principal de Rodbell, sino también el asistente del Duque y, sobre todo, el maestro que educaba a los hijos directos de Rodbell.

Los fríos ojos verdes de Rigleen se dirigieron hacia mí antes de deslizarse hacia Bansis, que se movía nervioso.

Cuando separó los labios, fluyó una voz fría y monótona:

«Joven amo, estoy seguro de haberle dicho que no debe usar poder mágico ni desenvainar su espada fuera de las clases.»

«¡E-esto tiene una explicación…!»

«¡¿Y qué es todo esto?!»

La mirada de Rigleen se posó en el sirviente que yacía tirado con espuma en la boca y en los restos de la serpiente dispersos a su alrededor.

Su mirada se volvió increíblemente fría.

«¿Me lo puede explicar?»

«Ah, no, esto es…»

Bansis, que no tenía el valor para confesar su error, tartamudeó evitando responder.

Al ver a Bansis así, estallé en carcajadas internamente.

Luego, di un paso adelante e incliné la cabeza hacia Rigleen.

«¿Puedo explicárselo yo, señor mayordomo?»

«…¡!»

Como si no esperara que yo interviniera, mostró una expresión de sorpresa impropia de él.

Es comprensible. Me había tratado como si fuera completamente invisible.

En lugar de responderme, Rigleen se volvió nuevamente hacia Bansis.

Era una señal para que respondiera ahora mismo, pero el tonto de Bansis solo se estremecía sin poder decir nada.

«Haah… Sí, adelante, explíquelo.»

Suspirando como si estuviera exasperado, Rigleen me concedió la palabra.

Me incliné ligeramente en señal de agradecimiento y le di la respuesta que él querría escuchar.

«El sirviente de Ban… de mi pequeño hermano mayor me encerró en esta habitación con esa serpiente. Cuando mi hermano mayor se dio cuenta tarde de esto, vino con el sirviente para rescatarme, y en ese momento la serpiente mordió la pierna del sirviente, así que mi hermano la mató con su espada.»

«…Entonces, ¿qué fue ese poder mágico de hace un momento?»

«Bueno, mi hermano mayor también es humano después de todo…»

Giré la cabeza y sonreí hacia Bansis, que me miraba con expresión aturdida.

Los hombros de Bansis se estremecieron.

«Parece que se excedió un poco por miedo a la serpiente.»

«…Túuu.»

Bansis intentó decir algo, pero yo volví mi atención a Rigleen sin vacilación.

Él me miraba con una expresión peculiar.

Fingiendo una expresión de lástima, concluí:

«Todo fue porque mi hermano mayor intentaba rescatarme, así que por favor no lo regañe demasiado, señor mayordomo.»

«…»

Rigleen me miró fijamente como alguien que se había quedado sin palabras, y luego volvió bruscamente la cabeza diciendo:

«Aun así, no es algo que pueda dejarse pasar. Informaré de este incidente al señor de la casa.»

«Ah, un momento, por favor.»

Cuando lo detuve apresuradamente mientras se disponía a salir, Rigleen se volvió con una expresión que preguntaba «¿qué?».

Le sonreí ampliamente como una flor y dije:

«Soy Lucia.»

«…»

«Mi nombre. Parece que no lo sabe. Si va a presentar un informe, necesita saber mi nombre, ¿verdad?»

Suavemente. Como una niña inocente. Como si todo fuera por su bien, con total ingenuidad.

Mientras lo miraba con la máscara puesta, me burlé internamente.

«Qué escena tan preciosa.»

Ver incluso al gran Rigleen perturbado.

Pero fue solo un brevísimo instante.

«Gracias por informarme.»

Respondió bruscamente y con brevedad, y abandonó inmediatamente la habitación.

Observé en silencio la puerta por donde había salido, y luego giré la cabeza hacia el sirviente que seguía tumbado.

De repente sentí curiosidad.

¿Aquel sirviente perdería también el sentido del gusto? ¿Como yo?

«No sé, no me importa.»

Ahora solo quería volver a mi habitación para planificar mi futuro y descansar.

Justo cuando iba a moverme, Bansis agarró rápidamente mi muñeca.

«Ah.»

Solté un gemido mientras mi rostro se contraía de dolor.

Como había dicho, la fuerza de agarre de Bansis era mucho mayor que la de otros niños de su edad.

Ya sea porque Bansis no sabía cuán fuerte era o porque lo sabía pero no le importaba, apretó mi muñeca como si fuera a romperla.

Fruncí el ceño intensamente y me volví hacia Bansis.

Las pupilas de Bansis temblaron por un momento, pero inmediatamente me cuestionó con expresión furiosa:

«¿Por qué lo hiciste?»